Uñas a rallas azules, un lápiz HB que viaja de su boca a su pelo cada cinco minutos, cientos de hojas de papel con respuestas correctas y miles de preguntas sin respuesta en su cabeza.
Es duro escuchar ciertas cosas y hacer como si nada, cree que la gente a veces no llega a darse cuenta de la magnitud de las palabras que pronuncian sin pensar. Lleva días llegando tarde a los sitios porque se queda dormida, por las noches se despierta a las cuatro de la madrugada y no es capaz de conciliar el sueño porque su mente no hace ni una puta pausa.
Y aunque le moleste que siempre pase lo mismo, durante 8 años ya, dentro de lo que cabe está acostumbrada. Sabe por qué está así y por qué su mente, su cuerpo y su corazón se comportan como niñatos infantiles cuando llegan estas fechas, haciendo de la más mínima memez, una montaña entera.
En unos días se le pasará, y es completamente normal que lo pase mal. Pasó hace años pero, después de tenerlo tanto tiempo en el olvido, lo aceptó el año pasado; y eso duele.
A veces sigue pensando que volverá, que está de viaje o que ella no sabe encontrarlo, que el juego del escondite del último día se alargó demasiado... Pero no es así, y no le resulta nada fácil darse cuenta de que la que se escondía era ella, y hace mucho tiempo que dejaron de buscarla.
Una pequeña mentirosa
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