No tiene intención de hacer daño a nadie, sólo quiere disfutar y divertirse como la inmensa mayoría de la gente. No le debe nada a nadie y nadie le debe nada a ella, limitándose a recibir con los brazos abiertos lo que viene y dando a los demás todo lo que pueda.
Eso sí, una cosa tiene muy clara. Nunca pondra la felicidad de alguien por encima de la suya. Porque sabe que no es menos que nadie y que si ella cree correcto lo que hace, es porque tiene argumentos para creerlo.
No va a traicionar a nadie, pero tampoco va a traicionarse a sí misma por otra persona. Las cosas se solucionan hablando y si dos no se ponen de acuerdo, almenos uno de ellos tendrá la satisfacción de haber dado el paso de intentarlo. Porque intentar hacer algo es el verdadero éxito de la acción de hacerlo, y toda intención, si podemos darle un porqué, siempre será buena.
Una pequeña mentirosa
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