jueves, 8 de noviembre de 2012

Atada

Cada día se plantea un nuevo reto, sin saber ni si quiera si hará el intento de llevarlo a cabo. El problema llega cuando la botella se abre dos veces, caen dos papelitos a la vez o simplemente no recuerda haberla abierto ya.
Todo empieza a acumularse, uno encima del otro, a los lados, delante, incluso se entrometen en su interior. Y cuando tienes tantos objetivos por cumplir, tu vida se centra en eso, y la pierdes, pierdes tu vida por completo. Todo se centra en conseguir lo que te propones pero, sin vida ¿qué vas a conseguir?
Todo se convierte en nada, y entonces la nada lo es todo.

Y necesita volver a empezar, partir de cero. Pero no puede... Tiene demasiadas cosas entre manos. Hay días que le gustaría parar; más que le gustaría, le iría bien. Simplemente para recuperarse un poco y volver a ser ella misma, o al menos una pequeña parte de lo que un día llegó a ser. Porque está irreconocible, ya no se la ve,es intermitente, como una estrella a punto de apagarse, como una luna que sólo brilla cuando el Sol quiere.

Pero, ¿y si su Sol ya no está? Puede que eso sea el origen de todo, la raíz del problema, la solución a todas sus dudas. Pero ya lo he dicho, está tan ocupada en conseguir cosas pendientes que ni si quiera tienen tiempo para pensar en ella.

Una pequeña mentriosa