sábado, 24 de diciembre de 2016

Si puedes llorar, hazlo. Es simple.

Es simple, siempre lo ha sido. Aunque a veces parezca que no, sí, es cierto. Pero sólo lo parece. 

Es simple en hacer las cosas, no se complica a menos que la situación requiera cocinar (pero eso es algo de lo que hablaremos en otro momento).

Es simple cuando quiere (del verbo querer, y no de la expresión "cuando le da la gana"), aunque le cueste demostrarlo a lo grande - y como ella nunca ha sido de americanadas - tiene detalles, minúsculos a veces, casi imperceptibles, pero que día a día van sumando.

Es simple cuando se enfada y simple en sus reacciones. Que no hace falta que las intentéis entender, a veces son respuestas tan inocentes, sin adulterar, que parecen exageradas pero al cabo de un rato tendrán lógica, os lo prometo. 

Y es simple sintiendo, aunque sepa que a veces se malinterprete. Si le emociona una película, llora. Si una canción le remueve por dentro, llora. Si se enfada o no entiende algo, llora. Si siente impotencia, llora. Si ríe, llora (y mucho). 

¿Sabéis? Un día me dio un consejo que nunca olvidaré, pues cuando estos esconden verdades como templos es difícil hacerlos desaparecer de la memoria.
"Digan lo que digan, hablen lo que hablen, piensen lo que piensen...
Si puedes llorar, hazlo. Porque sólo las personas más valientes, aquellas que no tienen miedo de mostrar su verdadero interior, saben cómo hacerlo."

Una pequeña mentirosa


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