domingo, 14 de junio de 2015

(no) Te echo de menos

Recuerdo el primer día que hablamos como si fuese ayer. Podría decir que hacía un día estupendo, que el sol brillaba en lo alto del cielo mientras una suave brisa rozaba nuestras mejillas y que las nubes habían decidido tomarse unas horas de vacaciones, pero estaría mintiendo. Hacía frío, llovía a mares y para colmo no era un buen día, pero por eso me escribió.

Recuerdo que me derretí por dentro al saber lo que pensaba, las inquietudes que tenía, lo que realmente buscaba en la vida. Era tan simple y tan complicado al mismo tiempo que no supimos como encontrarle solución.

Ahora volvemos a encontrarnos en el mismo punto, anhelando aquello que una vez tuvo y que tanto le gustaba tener. No, no es nada materialista. Ama las sorpresas pero aquellas hechas con el corazón, no con la cartera. Y sí, le falta el acelerador, aquellos minutos de vida en que el corazón se le iba a salir del pecho por lo que estaba a punto de ocurrir, por lo que estaba ocurriendo.
Pero no echa de menos aunque ella crea que sí. Según el DRAE, "echar de menos" o "añorar" es recordar con pena la ausencia, privación o pérdida de alguien o algo muy querido. Ahí lo tiene, no echa de menos pues no siente pena, de hecho lo recuerda con felicidad pero no acaba de entender por qué no puede seguir teniéndola.

No echa de menos que la llamen por las noches sin motivo aparente, para hablar durante un tiempo indefinido sobre algo completamente banal o sobre cómo salvar el mundo.

No echa de menos salir a desayunar por las mañanas.

No echa de menos un abrazo, de los que parecen sin motivo pero no podrían tener más significado.

No echa de menos que la secuestren, que sea ella la víctima de los planes improvisados.

No echa de menos mirar a los ojos y ver.

Nada de esto echa de menos, pues no es eso lo que ella hace. Solamente piensa en que todo vuelva a cruzarse, algún día u otro, en su camino.

Una pequeña mentirosa

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