viernes, 6 de julio de 2012

Dejándote llevar

Ahora ya no entiende cómo pudo significar tanto para ella. Lo ve incomprensible, inalcanzable, impensable volver a tener ese sentimiento. ¿Que haya sido fácil quitarse dicho pensamiento de la cabeza? Nadie dice que haya sido así; pero se alegra, y mucho, que por una vez en tanto tiempo su mente pueda estar en blanco cuando se encuentra a solas en su habitación.

¿Y ahora? ¿Qué es de ella? No se por dónde andará pero dicen que está viviendo como nunca antes lo había hecho. Disfruta, como hace tanto llevaba soñando. Canta, baila, escribe, se inspira... duerme, por primera vez desde hace muchos meses, duerme. Se levanta y mira por la ventana, y por muchas nubes que haya, ahora es capaz de apreciar los estrechos rayos de sol que atraviesan esas densas masas blancas cargadas de sueños.

Que sí, que sigue necesitando a alguien que la tenga presente, y va teniendo pretendientes, no os penséis... Pero ahora siente que no le hace falta nada de eso, porque ha descubierto que el amor o el cariño no se buscan y, a contradicción de muchos, tampoco se esperan; simplemente surgen. Y de un día para otro se encuentra con una razón cada mañana para poder sonreír más que la anterior, con esa sonrisa que la encandila hasta a ella cuando se mira al espejo. Y es feliz, feliz por ver reflejada esa felicidad y por haber redescubierto, reencontrado a esa chica que llevaba tiempo buscando, a la que tanto echaba de menos.

Aún así, no todo es un camino de rosas. No le gusta traicionar a la gente, aunque no la conozca, y menos sin saber que lo está haciendo. En cierto modo se siente culpable pero... ¡eh! Espera... ella sabe que no lo es. Le encanta lo que hace, no se arrepiente de nada y volvería a repetirlo mil y una veces con tal de mantener esa sonrisa que lleva semanas iluminando su cara.

Así que os podéis sentir orgullosos de ella, yo lo hago. Porque aprender a ignorar lo que diga la gente sobre tus actos no es tan fácil como parece... Pero la gente la ha castigado mucho y ella ahora sabe que la ignorancia es el peor castigo. Y no es maldad, ni si quiera malicia, simplemente puede que un poco de egoísmo pero, ¿sabéis que? Se merece hacer uso de ese egoísmo. Por todo lo que ha dado y nunca a recibido, y porque ahora le toca a ella vivir su vida, y no la de los demás; con quien quiera y cómo quiera. Y según lo que me dicen, lo está haciendo al pie de la letra, sin prisa pero sin pausa, y sin ningún tipo de pauta; dejándose llevar.

Una pequeña mentirosa

1 comentario: